Antecedentes
A razón de un elaborar un
anteproyecto de tesis, en la materia de “proyecto de investigación” surgen las
inquietudes por buscar una temática con relevancia social y educativa presente
en la cotidianidad de las juventudes sinaloenses actuales, para desarrollar una
investigación en torno a esta.
La historia del
narcotráfico en Sinaloa tiene sus raíces en las migraciones de chinos al país
en el siglo XIX, particularmente a Sinaloa, y a partir de ahí se empieza a
forjar una cultura de forma paralela a la ya existente entonces.
Y es así, que a partir a varias observaciones
en la preparatoria Rafael Ramírez se detecta tal problema ya que, muchos
jóvenes emplean gran parte de su tiempo escuchando música, resulta importante
conocer las repercusiones que la música de moda, es decir, los narcocorridos
generan en la construcción de la identidad de los sujetos, puesto que, cada día es más evidente la
participación de los jóvenes en las organizaciones delictivas.
Por lo anterior, surgen
interrogantes importantes, tales como, ¿De qué forma impacta en la identidad de
los jóvenes escuchar narcocorridos? ¿generara cambios de comportamiento en los
alumnos escuchar narcocorridos? Y si los genera, ¿Cuáles son estos cambios?
¿Qué relación tienen con la deserción de la escuela? ¿qué tanto impulsan a los
jóvenes a querer pertenecer a organizaciones delictivas?
Definición del
problema.
En los últimos años, el
grueso de la población de bachilleres sinaloenses se siente incitado hasta
cierto punto por las manifestaciones de los narcotraficantes en la sociedad
(constatado por los altos índices de ingresos de los jóvenes a las
organizaciones delictivas). Un ejemplo claro es la constante predilección hacia
corridos que narran las actividades de estos individuos, escuchándolos
extasiados y repitiéndolos (cantándolos) con un grado de orgullo.
Así mismo, charlas que se
establecen entre los mismos jóvenes acerca de las estructuras de estas
organizaciones y de los credos que estos profesan, además de los actos que
caracterizan a estas organizaciones tales como; asesinatos, secuestros,
extorciones y narcotráfico entre muchas otras actividades que se encuentran
fuera de la ley y les dan cierto poder sobre los demás.
Además, la reciente ley
que prohíbe los narcocorridos en lugares públicos, evidencia la influencia de
estos en los jóvenes, de ahí, que resulte significativo un estudio que devele los
efectos que los narcocorridos generan en los jóvenes, para poder emplear
alternativas en la formación de los bachilleres.
Pregunta
¿Qué efectos provocan en los adolecentes las expresiones de la
narcocultura?
¿Qué implicaciones tiene la narcocultura en la identidad de
los bachilleres?
Objetivos
·
Describir los efectos que provocan en la construcción de la
identidad en los adolecentes las expresiones de la narcocultura
(Narcocorridos), ya que, es importante conocerlos para implementar estrategias
para una mejor formación en la escuela.
·
Determinar si los narcocorridos son una motivación para que
los jóvenes ingresen a las organizaciones delictivas, ya que, si este resultara
que si los motivan, se puede a partir de ahí establecer propuestas para
neutralizar dicho impacto.
Supuestos
Los estudiantes de la
preparatoria “Rafael Ramírez” se ven influidos de una manera importante por las
expresiones del narcotráfico, por estar en una fase de formación de la
identidad suelen verse incitados a reproducir las pautas de conducta de estos
individuos, generando diversas manifestaciones, entre estas, abandonar sus
estudios porque se interesan más por la
obtención de dinero fácil y el reconocimiento social que genera ser parte de
los clanes de los más renombrados narcotraficantes.
Justificación
La realización de esta
investigación resulta importante ya que los adolescentes se encuentran en un
proceso de formación de su personalidad y cualquier influencia que estos
reciban tendrá un impacto tanto positivo como negativo en su personalidad, y conocer los efectos que las representaciones del
narcotráfico generan en los adolecentes da pauta a idear estrategias, tanto
para padres como para la escuela, para contrarrestar los efectos producidos en
los jóvenes y así mejorar su formación integral.
Marco
Teórico referencial
Antecedentes
del narcotráfico en Sinaloa
Si bien el cultivo de
mariguana y amapola son, ahora, distintivos del estado de Sinaloa, esto no
siempre fue así, fue a partir de las
primeras décadas del siglo XIX, con la llegada de miles de migrantes chinos al
noroeste del país, que llegaron por diferentes motivos, principalmente para la
actividad minera.
“La
llegada del narcotráfico a México inicia con el arribo de inmigrantes asiáticos
a Sinaloa, quienes ya tenían como costumbre el consumo del opio. Para asegurar
el abastecimiento de la droga trajeron semillas, lo cual propició su cultivo en
siembras familiares” (Galindo, 2002:267).
Es así, como llega a
México y particularmente a Sinaloa una nueva forma de ver a la mariguana y la
amapola, puesto que antes de eso, en México tenían un uso curativo y ornamental
respectivamente.
“El cambio en el
uso de estas plantas y la expansión del cultivo con fines comerciales se
atribuye, concretamente en el estado de Sinaloa, a los inmigrantes chinos que
llegaron al noroeste de México para trabajar en la industria minera (Astorga,
1995; Gallegos, 1995) y en la construcción del ferrocarril durante el
porfiriato (De la Torre, 2002). Citado en Sánchez (2008:86)
Con la combinación de varios factores se detona la producción
masiva y con ello el tráfico de estas plantas hacia otros países, la demanda
masiva iniciaría primero por iniciativa de EU para la milicia en combate
durante la segunda guerra mundial. Sánchez
(2008)
Así, bajo el abrigo de la segunda guerra mundial[1]
y bajo el mandato del presidente de EU
Roosevetl y el presidente Mexicano Ávila Camacho se firma un tratado para la producción
de mariguana y amapola (opio) para los soldados en batalla, siendo el noroeste
del país un clima propicio para la siembra de estas plantas.
“Así, con el
estímulo de las autoridades estadounidenses se legalizó de facto en México la
producción de opio para satisfacer la demanda de morfina y heroína de los
hospitales de las tropas aliadas. De esta manera, bajo un acuerdo bilateral se
inició la siembra industrial de amapola en los altos de Badiraguato, zona en la
que, además, se había encontrado un microclima ideal para este cultivo.”
Sánchez (2008:90)
Para esos tiempos, en el noroeste del país la actividad minera
había decaído mucho dejando a muchas familias sin recursos para sobrevivir, es
así, como en Sinaloa y más precisamente en Badiraguato se inicia el cultivo
como una forma de subsistencia, pues los migrantes chinos les habían enseñado
lo más elemental para el cultivo de estas plantas.
“En
poco tiempo el cultivo cambió a manos de campesinos y ex mineros
badiraguatenses, que se dieron cuenta que la comercialización de la droga era
mucho más rentable que dedicarse a las precarias labores mineras” (Olea, 1989).
Es de esta manera, es como inicia a constituirse el narcotráfico en
Sinaloa y con ello el surgimiento de grandes capos y a la par la creación de
una cultura por personas principalmente del medio rural, que se dedicaron a estas
actividades ya desde entonces ilícitas.
El
narco como cultura
Diversos estudios (Berger y Luckmann, 2003; Sánchez, 2007)
han sido encauzados a definir qué es lo que se vive en Sinaloa, en torno al
narcotráfico y sus implicaciones sociales, internándose en un debate acerca de si es una subcultura o una
narcocultura. Geertz menciona: “La cultura es la trama de significados en
función de la cual los seres humanos interpretan su existencia y experiencia,
así mismo como conducen sus acciones (1957). Citado en Herrero (2002:2)
Por su parte Austin
menciona al respecto: "Cultura indica una forma particular de vida, de
gente, de un período, o de un grupo humano; está ligado a la apreciación y
análisis de elementos tales como valores, costumbres, normas, estilos de vida,
formas o implementos materiales, la organización social” (2000:3)
Tomando como punto de
referencia la definición de cultura dada por Geertz y Austin se puede deducir
que lo que se vive en Sinaloa alrededor de las expresiones del narcotráfico por
las personas involucradas directa e indirectamente en tales actividades
ilícitas es una cultura por sí misma.
“Hablar del narcotráfico en el estado de
Sinaloa implica reconocer que paralelamente se ha construido un sistema
cultural y social que interactúa y se reproduce para integrar un orden social
aún más complejo, es decir, la institucionalización de una cultura del
narcotráfico” Ritzer, (2002).
Así pues, Galindo comenta
que la narcocultura es una cultura porque contiene los componentes propios de
una cultura.
“La
narcocultura es una visión del mundo que contiene todos los componentes
simbólicos que definen a una cultura: valores, sistema de creencias, normas,
definiciones, usos y costumbres, y demás formas tangibles e intangibles de
significación (Gallino, 2001).
Esta construcción cultural empieza a cimentarse a partir de la expansión
del consumo y la demanda de las mencionadas drogas en Estados Unidos y con ello
la incursión de las mafias mexicanas al
contrabando (Berger y Luckmann, 2003; Castells, 2004). Gestándose, así, en un
ambiente rural, principalmente en la sierra de Badiraguato, logra trascender
estos límites a partir de la creciente identificación de los citadinos con los
valores, creencias y significados, profesados por estos sujetos, apoderándose,
así, del imaginario colectivo de gran
parte de la población rural y citadina sinaloense. Sánchez (2008:79)
“Para los años ochenta no había una subcultura, sino
ya una cultura del narcotráfico, de la cual se desprendía gran parte de las
legitimaciones y deslegitimaciones institucionales, es decir, la narcocultura
transforma el patrón conductual y simbólico de la sociedad sinaloense y edifica
un imaginario que pasará a ser la nueva significatividad, hoy “legítima”. Así,
surge también el nuevo grupo hegemónico que reina actualmente en el estado,
junto con la clase política y un grupo de empresarios destacados en la región
del noroeste dedicados al fomento turístico, al comercio y al sector
agropecuario, que obtienen su capital, en parte, gracias al “lavado de dinero”
proveniente del contrabando de estupefacientes. Sánchez (2008:82)
Lo anterior se da por la aceptación colectiva de la siembre
de los enervantes, pues a pesar de conocer que esto es una práctica ilegal, lo
ven solo como un trabajo que ayuda a cubrir las necesidades básicas de los
pobladores.
“…la actividad del narcotráfico, si bien era
considerada una práctica ilegal, dentro de la concepción del habitante de la
sierra se veía como algo normal. De esta
forma, la siembra del enervante, aunada a las pocas posibilidades de
desarrollo, se convertía en un signo de resistencia al mismo tiempo que se
manifestaba como un negocio redituable”. (Fernández 2010:5)
Así la narcocultura sinaloense, tiene un mundo simbólico y
argot particular, un sistema de valores
que parte del honor, la lealtad a la familia, protección, venganza, generosidad,
valentía, anhelo de poder, así pues, conllevan una visión fatalista y nihilista
del mundo y distintas formas de objetivar su imaginario social. Sánchez
(2008:80)
Los
corridos; una descripción.
La lenta pero constante
introducción del narcotráfico en el tejido social mexicano ha dado la pauta a
la construcción de una narcocultura con expresiones muy tangibles tales como el
corrido.
“Los corridos tienen su origen en la revolución, nacen
como una forma de relatar los actos de valentía de los revolucionarios, gente -del
pueblo-, que lucha contra lo establecido (…) los corridos han sido para los
pobres una manera de enaltecer a sus héroes. (Massard: :1)
En la actualidad, el
corrido a adquirido el prefijo “narco” para hacer referencia a la narración de
las vidas y actos de personajes del narcotráfico, generalmente, personas de
zonas rurales que se han rebelado contra las reglas y han logrado consolidar su
poderío económico a través de lo ilícito. Siendo el narcocorrido un icono de
las representaciones de la narcocultura.
El narcocorrido (…) es ahora el vehículo de grupos
musicales para difundir vida y obra de los narcotraficantes y de sus seguidores
(…) se ha vuelto uno de los elementos principales de la narcocultura. (Massard:
:1)
En el narcocorrido se
encuentran formas y contenidos de la conciencia social popular en estos se relatan
las hazañas de los capos, a ritmo de polka, siendo el famoso acordeón norteño
el principal instrumento. La aceptación de
los narcocorridos se debe tanto la inclinación popular por esta música como al
interés por las historias de los narcotraficantes. Así pues, la música cumple
su papel como elemento de unión entre las colectividades de las zonas más
pobres” (Massard:1980:3).
Así pues, vivimos por
tanto en una ilegalidad consensuada que
ha gestado su propia manifestación social, llegando a todas las esferas de la
sociedad, así pues, los narcocorridos ofrecen la otra cara, la de la
cotidianidad. (Massard:1980:5).
Aunado
a esto, se da que los narcocorridos son censurados por las autoridades por su
contenido y los efectos que estos tienen en la sociedad “las autoridades pretenden contrarrestar sus
efectos aplicando leyes más severas a la difusión y uso de sus principales
símbolos.[2] Así, son los jóvenes quienes más escuchan los narcocorridos:
en la escuela, en la casa, en la calle.
El
adolecente y la construcción de la identidad
Hablar de identidad nos
lleva inherentemente a hablar de la cultura,
puesto que la identidad se construye en espacios de convivencia con
otras personas, es importante saber donde es que los jóvenes se desenvuelven y
viven, así como también, el proceso en
el cual están en busca de los elementos
que le ayuden a dar forma a su identidad y en esta búsqueda están inmersos varios
elementos; la sociedad y la escuela juegan un papel fundamental.
“La adolescencia
es la etapa en la que se produce el proceso de la identificación, es decir, la
persona busca conciencia de su individualidad y de su diferencia respecto a los
demás” Mengíbar (2010:1)
“…la identidad en tiempos adolescentes alude a la
construcción de un andamiaje singular para circular por la vida, una
localización del sí mismo que mitigue la angustia, sostén de ideales y
proyectos de caminos a seguir. (2009:6)
Por ser la adolescencia
(10-19 años)[3] una etapa, de muchos cambios tanto físicos como
psicológicos, los adolecentes necesitan tener relaciones cercanas y estrechas
con las personas que les rodean, con quienes puedan hablar y en quienes puedan
confiar.
“El adolecente
necesita tener una relación estrecha con las personas adultas que respeta. Ello
da la oportunidad de elegir e incorporarse a su propia identidad las cualidades
que más admira de ellos, aun cuando sea de forma inconsciente” Mengíbar
(2010:2)
De no ser así, son muchas
las cuestiones que pueden socavar la construcción de la identidad de los
adolecentes, un claro ejemplo de ello es el narcotráfico o el crimen organizado,
puesto que la mayoría de las personas ingresadas en estas organizaciones son
jóvenes, cuya identidad no está formada
del todo formada.
Puesto que, es en la
cotidianidad de las personas donde se forma la identidad, no solo de lo
interior del individuo sino que también convergen con las cuestiones exteriores
como la convivencia con otras personas y las significaciones que estas les dan
a las cosas.
“Cada sujeto va
construyendo su propia vida cotidiana y ésta es el centro de la historia en la
cual la presencia del otro, de los congéneres, no se cuestiona; por
consiguiente, la vida cotidiana es una vida compartida y en ella se constituyen
la subjetividad y la identidad social”. Castro (2007:26)
De lo anterior, se puede interpretar
el papel de las instituciones, tales como la escuela en este proceso, en este
sentido:
“Un sistema de
educación debe de ayudar a los que crecen en una cultura a encontrar una
identidad dentro de esa cultura. Sin ella, se tropiezan en sus esfuerzos por
alcanzar el significado”. Bruner, Citado
en Mengíbar (2010)
Por tanto, en un sistema
donde los estudiantes, son concebidos
como actores sociales insertos en las instituciones, que elaboran en ellas su
experiencia y desarrollan una forma de pensar propia (Guzmán y Saucedo, 2005).
Se facilita la construcción de una mejor y más firme identidad, ese sentido de
pertenencia a un grupo social donde se es una parte importante de él y a la vez
un ser individual, esto a través de los procesos de socialización donde cada uno transmite valores, actitudes, modos de actuar
que cada sujeto incorpora como propio y actúa en consecuencia. De esta manera y
a lo largo de su vida, cada persona podrá adquirir las identidades sociales que
su propio desarrollo sociocultural le ofrezca. Castro, (2007:14).
El
bachillerato como un lugar de construcción
El bachillerato en México,
al igual que en muchos lugares del mundo, juega un papel muy importante, la DGB[4] menciona al respecto:
“…la
educación es una práctica propia de las sociedades, que tiene distintas
funciones, destacando la de transmitir, reproducir y preservar el legado
cultural de una generación a otra, previniendo su propia sobrevivencia, a fin
de que se incorporen como sujetos activos en la conservación de ésta, pero al
mismo tiempo, como creadores de nuevas costumbres, valores y tradiciones, lo
que ha originado un conjunto de prácticas sociales”.
En México, el
bachillerato está basado en un
paradigma constructivista con enfoque en
competencias, cuyas funciones están definidas por tal modelo el cual plantea
que el alumno “realiza un acto de conocimiento o de aprendizaje, no copia la
realidad circundante, sino que construye una serie de representaciones o
interpretaciones sobre la misma… en el
constructivismo se enfatiza la existencia de alumnos activos que construyen su
conocimiento.” DPB (2011:18)
Así pues, la escuela debe
tener muy claramente definido su papel y las acciones que ha de poner en práctica
para cumplir con su rol en la sociedad, y uno de sus principales actores, los
profesores, juegan un papel realmente importante pues son quienes llevan a cabo
la práctica educativa propiamente dicha, así mismo, comparten la mayor parte
del tiempo con los alumnos y son una referencia que los jóvenes toman consiente
e inconscientemente, principalmente en este nivel educativo pues es un momento
de construcción identitaria de los jóvenes que asisten al bachillerato.
“…la educación es
un proceso mediante el cual las personas adquieren conocimientos, habilidades,
destrezas y actitudes que les permite su desarrollo individual y social, y cuyo
fin prioritario es que participen de manera integrada y efectiva en la
construcción de su propia realidad, el encuentro de su identidad particular y
la transformación social”.
Así pues, el bachillerato
debe ayudar a preparar a los estudiantes a desenvolverse de una forma idónea en
la sociedad; cubriendo todas las áreas de la naturaleza humana, es decir, una
educación integral, por tanto, ayudar a conformar la identidad de los alumnos
en un ambiente sano. En relación a esto,
la DGB menciona:
“…la
tarea ineludible de este tipo educativo es proveer al estudiante de los
conocimientos, las habilidades, actitudes y valores que coadyuven a su
consolidación como individuo en el aspecto psicológico, intelectual, productivo
y social; es decir, a su formación integral”. DGP (2011:7)
De tal manera, si la
educación es un "medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar
la cultura; es un proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo
y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la
adquisición de conocimientos y para formar al hombre..." resulta importante
tomar en cuenta, la clase de cultura que se ha de compartir en la escuela, pues
es uno de los medios donde los jóvenes pasan más tiempo y donde también se ha
de construir su identidad.
Implicaciones
en el desarrollo cognitivo
El desarrollo cognitivo
El
desarrollo cognitivo es tratado a partir de diversos planteamientos teóricos
entre estas la teoría psicogenética de Piaget y la
sociocultural de Vygotsky, a pesar de que haya diferencias entre los
planteamientos de estos teóricos, ambos coinciden en que en este desarrollo se
encuentran presentes dos procesos; el de interiorización y el de
exteriorización. Así, “el desarrollo se
caracteriza como el paso recurrente de conocimientos de naturaleza exógena a
conocimientos de naturaleza endógena” (Martí, 2005:53).
Así el desarrollo cognitivo
es entendido como el conjunto de trasformaciones en las características y
capacidades del pensamiento en el transcurso de la vida, especialmente durante
el período del desarrollo, y por el cual aumentan los conocimientos y
habilidades para percibir, pensar, comprender y manejarse en la realidad[i]. Así pues, el desarrollo cognitivo se ve presente
en todos los ámbitos de la vida del ser humano.
La perspectiva de Piaget
Para Piaget, el
aprendizaje es un proceso de construcción, y para ello es fundamental la
creación de estructuras básicas en la mente de un individuo para organizar e
interpretar la información, los llamados esquemas, así mismo, estos nos
permiten representar mentalmente los objetos y acciones de nuestro alrededor guiando
las conductas, así mismo, sirven de referencia para la adquisición de
conocimientos.
“…la mayor movilidad de los
esquemas, hace posible que la actividad
cognitiva se apoye en símbolos internos, y gracias a las características de la
función simbólica, dicha actividad
trasciende las limitaciones del aquí y ahora” (Piaget, 1946)
Es así que el
desarrollo cognitivo y el aprendizaje tienen un objetivo, la adaptación, esto
ocurre mediante procesos de equilibración a partir de dos fases básicas; la de
asimilación y la de acomodación. El primero se refiere a relacionar e incorporar
información proveniente del medio a sus estructuras conceptuales. El segundo,
es el proceso de ajuste o modificación de las estructuras internas o esquemas.
Así mismo, las estructuras no son estáticas, es decir, están en constante
cambio como resultado de estos procesos.
Por otra parte, Piaget divide el desarrollo cognitivo en
cuatro etapas; la etapa senciomotriz, etapa preoperacional, etapa de
operaciones concretas y la etapa de operaciones formales.
·
Etapa
senciomotriz (nacimiento-2 años): el bebe construye un entendimiento del mundo
por medio de la coordinación de experiencias sensoriales con actos físicos.
·
Etapa
preoperacional (2-7 años): el niño comienza a representar el mundo con palabras
e imágenes, las cuales reflejan un mayor pensamiento simbólico y van más allá
de la conexión de la información sensorial con los actos físicos.
·
Etapa
de operaciones concretas (7-11 años): El niño ahora puede razonar de forma
lógica acerca de eventos concretos y clasificar objetos en conjuntos
diferentes.
·
Etapa
de operaciones formales (11-adultes): el individuo razona de manera más
abstracta, idealista y lógica.
La perspectiva de Lev
Vygotsky
Por otra parte, para Vygotsky el
desarrollo cognitivo es resultado de la interacción del niño con los adultos y
con otros niños mayores (Sampascual, 2007:194), es decir, la forma de pensar de
un niño está directamente relacionada con el contexto donde este vive y se
desarrolla, así, las relaciones que el niño establece con la sociedad
determinan la estructura y el desarrollo psicológico del individuo.
Así, el individuo está en un constante proceso de
internalización de las pautas
culturales, esto por la serie de interacciones con el contexto y los
individuos. “El desarrollo consiste en un proceso de internalización mediante
el cual el niño reconstruye internamente cualquier operación externa”
(Sampascual, 2007:195). Es decir, los procesos psicológicos surgen primero en
un plano interpersonal y luego mediante la internalización alcanzan en plano
intrapersonal, esto es a lo que Vygotsky llama la ley de la doble formación,
toda función aparece dos veces primero entre personas y luego en el interior.
Aprender a
aprender en la escuela
En este sentido, la escuela juega un papel muy importante
pues los individuos actúan a partir de la cultura donde estos se desarrollan, por
ello:
“Un sistema de educación debe de ayudar a los que crecen
en una cultura a encontrar una identidad dentro de esa cultura. Sin ella, se
tropiezan en sus esfuerzos por alcanzar el significado”. Bruner, Citado en
Mengíbar (2010)
En México, el sistema educativo está basado en un
paradigma constructivista con enfoque en
competencias, cuyas funciones están definidas por tal modelo el cual plantea
que el alumno “realiza un acto de conocimiento o de aprendizaje, no copia la
realidad circundante, sino que construye una serie de representaciones o
interpretaciones sobre la misma… en el
constructivismo se enfatiza la existencia de alumnos activos que construyen su
conocimiento.” DPB (2011:18)
De esta manera, la concepción actual de la educación está
encaminada hacia “aprender a aprender”
pero ¿qué significa esto? pues bien, esto va orientado a que la escuela ayude a
los alumnos a controlar sus procesos de
aprendizaje.
“Aprender a aprender implica la capacidad
de reflexionar en la forma en que se aprende y actuar en consecuencia,
autorregulando el propio proceso de aprendizaje mediante el uso de estrategias
flexibles y apropiadas que se transfieren y adaptan a nuevas situaciones”. (Díaz-Barriga,
2002:233)
Aprender a aprender o ser estratégico para aprender es
una actividad imprescindible en la cultura actual, en la que es necesario
procesar y enfrentarse a grandes cantidades de información. (Díaz-Barriga,
2002:232). Así, en la escuela como parte esencial de la cultura se producen
cambios psicológicos importantes por las acciones intencionadas pues en este
contexto se busca guiar a los alumnos a la metacognición.
El conocimiento del individuo, de sus propios procesos
cognitivos y de aprendizaje, así como la regulación de estos procesos, para
mejorar el aprendizaje y la memoria se conoce globalmente como metacognición
(Ellis, 2005: 366)
Es decir, la metacognición es la cognición sobre la cognición,
conocer como conocemos. En este sentido, la metacognición está presente en la
vida cotidiana de los individuos y no solo en el plano educativo.
Metodología.
Este trabajo, será tratado a partir de la
perspectiva cualitativa, esencialmente fenomenológica, puesto que buscamos comprender a los sujetos en su
propio contexto, de una manera holística e integral.
Dicen
Taylor y Bogdan “La fenomenología busca entender y comprender
(verstehen) los fenómenos sociales desde la propia perspectiva del actor, como
experimenta el mundo... Mediante métodos cualitativos como la observación
participante, la entrevista en profundidad y otros que generan datos
descriptivos. (1998:5)”
Para la recolección de
datos de campo se tomara una muestra representativa de la población; para ello,
serán utilizadas tres técnicas: la encuesta, la entrevista y la observación. Así
pues, mediante la
observación, se pueden captar los detalles casi imperceptibles de un contexto
social, para poder determinar los roles que cada individuo juega en determinado
contexto y la influencia que este tiene sobre el contexto. Ruiz lo define como:
“Es el proceso de contemplar sistemática
y detenidamente como se desarrolla la
vida social, sin ser manipulada, ni modificada”. Ruiz, José (pág. 125)
Por otro lado, las entrevistas son una forma no estructurada
e indirecta de obtener información, para ello es necesario que el entrevistador
provoque un ambiente de confianza con el entrevistado a fin de que hable con
libertad de sus actitudes, creencias, sentimientos y emociones.
Referencias:
1. Castro, Graciela, Jóvenes: la identidad social y la
construcción de la memoria, ultima década nº26, CIDPA Valparaíso, julio
2007, pp. 11-29. Disponible en: www.scielo.cl/pdf/udecada/v15n26/art02.pdf
2. Sánchez, Alan, “Procesos de institucionalización de la narcocultura en Sinaloa”, en Frontera Norte, vol. 21, núm. 41, Enero-Junio
de 2009 Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0187-73722009000100004&script=sci_arttext
3. Andrade, Larry,
“Construcción social e individual de significados: aportes para su
comprensión”, Estudios sociológicos, año 20, núm. 58, México, El Colegio de
México, 2002.
4. Galindo, Karla, “Representaciones simbólicas de la violencia
en las narcopelículas”, en Historia
de la violencia, criminalidad y narcotráfico en el noroeste de México, Memoria
del XVII Congreso de Historia Regional, versión internacional, Culiacán,
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales/Universidad Autónoma de
Sinaloa, 2002.
5. Gallegos, Karla, “Antecedentes y trascendencia de la
migración china a la zona del Pacífico norte mexicano”, en Alfredo Millán,
coord., La crisis asiática y Sinaloa, Culiacán, Universidad Autónoma de
Sinaloa, 1995.
6. Olea, Héctor, Badiraguato, visión panorámica de su
historia, Culiacán, H. Ayuntamiento de Badiraguato/Difocur, 1989.
7. Astorga, Luis, Mitología
del “narcotraficante” en México, México, Plaza y Valdés, 1995.
8. Kaplan, Marcos, El narcotráfico latinoamericano y los derechos
humanos, México, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 1993.
9. Sánchez, Alan, “La narcocultura en Sinaloa: los otros
cultivos de la sierra”, La Jornada, suplemento La Jornada del campo,
México, núm. 3, 18 de diciembre de 2007. Disponible en: www.jornada.unam.mx/2007/12/18/sinaloa.html
10. Fernández Velázquez, Juan
Antonio, Breve historia social del narcotráfico en Sinaloa, Revista Digital
Universitaria Volumen 11 Número 8, 2010 Disponible en: www.revista.unam.mx/vol.11/num8/art82/art82.pdf
11. Mengíbar Exposito, Carmen,
El adolecente busca su propia identidad,
Innovación y experiencias educativas, 2010
12. Elgarte, Roberto, Consideraciones psicoanalíticas sobre la
identidad, III jornadas HUM.A.H, 2009
13. Dirección General del Bachillerato,
“Documento base del bachillerato general”,
México, 2011. Disponible en: http://dgep.uasnet.mx/programas2009/1.-Curriculo_bachillerato_2009.pdf
[1] La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se
desarrolló entre 1939 y 1945. En él se vieron implicadas la mayor parte de las
naciones del mundo, incluidas todas las grandes potencias, agrupadas en dos
alianzas militares enfrentadas: los Aliados y las Potencias del Eje. Fue la mayor
contienda bélica de la Historia, con más de cien millones de militares
movilizados y un estado de «guerra total» en que los grandes contendientes
destinaron toda su capacidad económica, militar y científica al servicio del
esfuerzo bélico, borrando la distinción entre recursos civiles y militares.
[3] OMS
[4] Dirección General del Bachillerato